Lego y la Fórmula 1 escribieron una nueva página en la historia del automovilismo. Por primera vez, los veinte pilotos titulares de la máxima categoría desfilaron en el tradicional Driver’s Parade a bordo de réplicas a tamaño real de los autos de los diez equipos, construidas con casi 400.000 ladrillos Lego cada una y completamente conducibles. El espectáculo, que arrancó sonrisas y asombro en Miami Gardens, fue el resultado de una colaboración inédita entre la marca danesa y la F1, con la intención de acercar el deporte a nuevas generaciones y celebrar la creatividad sin límites.
Un reto de ingeniería y pasión
La hazaña no fue sencilla: un equipo de 26 diseñadores, ingenieros y constructores de Lego trabajó durante más de 22.000 horas para dar vida a los monoplazas, fabricados en la planta de Kladno, República Checa. Cada auto, con un peso aproximado de 1.500 kilos y una escala casi 1:1 respecto a los originales, fue equipado con motores eléctricos capaces de alcanzar hasta 20 km/h. Los detalles no se dejaron al azar: desde los colores de cada escudería hasta los logotipos de los patrocinadores y los auténticos neumáticos Pirelli, todo fue replicado con una precisión asombrosa.
Los pilotos, entre ellos figuras como Lewis Hamilton, Max Verstappen, Carlos Sainz y Charles Leclerc, no solo desfilaron, sino que bromearon y compitieron en una vuelta de 5,4 kilómetros al circuito, desatando el espíritu lúdico y competitivo que caracteriza a la F1. “Ha sido el desfile de pilotos más divertido que hemos tenido nunca”, confesó Hamilton entre risas. Verstappen, por su parte, bromeó sobre la necesidad de limpiar la pista tras el paso de los autos de Lego: “¡Hay algunos restos de Lego!”.
Creatividad al volante y conexión con los fans
La acción, que forma parte de un acuerdo plurianual entre Lego y la Fórmula 1, no solo sirvió para mostrar el músculo creativo y técnico de ambas marcas, sino que también buscó crear experiencias memorables para los aficionados. La marca instaló una tienda temporal en los alrededores del circuito, permitiendo a los fans acercarse a la colección LEGO F1 Speed Champions y vivir de cerca la magia de los ladrillos.
El desfile fue un éxito rotundo en redes sociales: el video compartido por Lewis Hamilton alcanzó más de 5 millones de reproducciones en pocas horas, y las imágenes de los pilotos saludando y compitiendo en sus monoplazas de Lego dieron la vuelta al mundo. La iniciativa, además, marca el inicio de una gira mundial de estas réplicas, que aparecerán en futuras carreras y eventos del calendario de la Fórmula 1, consolidando la alianza entre deporte, innovación y diversión.
Un mensaje claro: en la Fórmula 1 y en Lego, los límites solo existen para superarse. Como expresó Julia Goldin, directora de producto y marketing del Grupo Lego: “Sabemos que las grandes construcciones conducibles tienen una capacidad inigualable para despertar la emoción entre los aficionados. Esperamos que estas creaciones únicas refuercen esa idea: con la imaginación y un ladrillo Lego en la mano, la creatividad tiene posibilidades ilimitadas”.
La Fórmula 1 nunca deja de sorprender, y esta vez lo ha hecho con una dosis extra de color, humor y nostalgia. ¿Quién dijo que jugar es solo cosa de niños?
--
¿Qué es DUPAO? Somos el magazine de Culturizando sobre Series y Películas, Ciencia y Tecnología, Marketing y Negocios, Productividad, Estilo de Vida y Tendencias.