Sara Osuna-Acedo, UNED – Universidad Nacional de Educación a Distancia
El desarrollo de las tecnologías digitales, y el consiguiente cambio sociocultural, ha animado a la población adolescente hacia la participación en entornos virtuales.
Esta permanente conexión y supuesta dependencia de sus teléfonos inteligentes y sus redes digitales despierta recelo, cuando no preocupación, por parte de quienes no crecimos en una situación similar. Pero hay otra manera de analizar y entender el fenómeno: nunca en la historia de la humanidad los jóvenes habían manifestado tanta inquietud por participar en la cultura de su época y habían tenido tantas facilidades para hacerlo.
El gusto por el uso de las tecnologías digitales ha sido una característica propia de las generaciones más jóvenes, que ven internet, en general, y las redes sociales y las tecnologías móviles, en particular, como su hábitat natural de actuación. Sus relaciones sociales se organizan de forma autónoma en diferentes grupos, donde comparten una narrativa digital a través de TikTok, Instagram, YouTube, WhatsApp, etc.
La población adolescente desarrolla sus estrategias virtuales de compartir, resolver problemas, desarrollar tareas, construir colaborativamente el conocimiento y potenciar canales de comunicación dinámicos. Asimismo, la adolescencia manifiesta abiertamente una tendencia hacia el aprendizaje informal en las redes sociales, que los convierte en sujetos interactuantes, despiertos y socialmente digitales.
Digitalmente creativos
La adolescencia se empodera en el espacio digital y se apropia de la autoridad suficiente para participar en la inteligencia colectiva, que decía Lévy.
Con el desarrollo de las tecnologías digitales, la población adolescente ha visto las puertas abiertas hacia la creación, viéndose abocados a esto para no caer en el riesgo de exclusión por parte de sus semejantes.
Intercreatividad
Así, las generaciones jóvenes están llevando a cabo procesos de intercreatividad, un paso más allá de la creatividad, donde unen en sus relaciones con iguales dos conceptos muy importantes, creatividad e interactividad. Desde esta perspectiva de comunicación horizontal, es posible el desarrollo de su propio aprendizaje y contribuir a construir el conocimiento social.
Los adolescentes tiene la capacidad de relacionarse de forma exitosa en los entornos analógicos y digitales y necesitan formar parte de grupos sociales para modificar su entorno y, al mismo tiempo, enriquecer y madurar su mundo interno. Se manifiesta así su capacidad de posicionarse de manera intercreativa ante la realidad que la rodea.
En esta etapa evolutiva cobra vital importancia el ámbito social, donde se consideran actores principales, a modo de los héroes mediáticos a los que siguen, como los youtubers y otros influencers, que se han convertido en los modelos a seguir con gran influencia en la creatividad y pensamiento adolescente.
Narrativa transmedia
En la sociedad postdigital, los adolescentes interactúan a través de las tecnologías de forma innata y desde grupos organizados, siendo cada vez más conscientes de sus capacidades y de las posibilidades de la cultura del conocimiento.
Las múltiples pantallas abren paso a la cultura participativa, ejercitando narrativas colaborativas para crear y expresar opiniones y sentimientos, asumir responsabilidades y tomar decisiones en un escenario transmedia.
Recordemos que una narración transmedia se desarrolla a través de múltiples plataformas y que cada texto conforma un nodo específico de información valioso para la totalidad del mensaje.
Falta de educación
La escasa educación mediática que reciben los más jóvenes se había centrado, hasta ahora, en el desarrollo de competencias que les posibilitase la interpretación crítica de aquellos mensajes emitidos por los medios de comunicación.
Sin embargo, en la actualidad, las prácticas transmedia en contextos juveniles precisan no sólo de ese análisis crítico del discurso, sino la incorporación de la creación transmedia de historias y la capacidad y competencia para gestionar el flujo de información que reciben.
Conflictos y gestión
Algunos adolescentes no son del todo conscientes de los riesgos que implica la participación en determinados espacios digitales: no sólo a nivel de seguridad y control, sino también de gestión de los conflictos interpersonales que se originan.
Integrar las tecnologías digitales en el día a día del aula, con el planteamiento conectivista de Siemens, permite experimentar propuestas de aprendizaje desde los videojuegos, la realidad aumentada, el metaverso o las distintas producciones de narrativas transmedia que invitan a la creación y potencian canales idóneos para el empoderamiento adolescente.
Es común que generaciones anteriores consideren a los adolescentes inmaduros e incapaces de aceptar e integrarse en el “mundo adulto”. Pero los jóvenes han demostrado hoy más que nunca que tienen recursos para establecer una relación personal con los demás a través de la integración de su novedoso mundo social digital con atractivos horizontes.
Eso sí, necesitan acompañamiento experto en alfabetización mediática para evitar los posibles engaños y manipulaciones a los que puedan estar abocados.
Sara Osuna-Acedo, Profesora Catedrática de Universidad – Comunciación y Educación, UNED – Universidad Nacional de Educación a Distancia
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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