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Japón es el quinto país que llega a la Luna, y su tecnología se prestará para futuras misiones espaciales

Japón es el quinto país que llega a la Luna, y su tecnología se prestará para futuras misiones espaciales

Japón es uno de los muchos países que no participaron en la carrera espacial de los años 50 y 60 y que ahora miran hacia la Luna. Ya es el quinto país que ha aterrizado en su superficie.

Japón aterrizó su nave Smart Lander for Investigating the Moon, o SLIM, en la superficie de la Luna el 20 de enero de 2024. A pesar de un problema eléctrico con el módulo de aterrizaje, el acontecimiento tiene importancia tanto política como técnica. Se trata del primer alunizaje de Japón, lo que le convierte en el quinto país del mundo que logra posarse en la Luna. Es un logro significativo que consolida su posición como líder en tecnología espacial.

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Aunque la nave aterrizó con éxito en la superficie lunar y desplegó sus rovers, las células solares del SLIM no funcionaban correctamente, lo que significa que la nave probablemente sólo podría estar operativa durante unas horas.

Soy un especialista en asuntos internacionales que estudia el espacio. Al igual que la NASA y otras agencias espaciales, la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial, o JAXA, quiere hacer avanzar la investigación y la tecnología usando nuevas técnicas y recopilando datos científicos. El aterrizaje también forma parte de algo más grande: un creciente interés mundial por la actividad lunar.

Tecnología de precisión

El logro japonés no es sólo simbólico: Japón está poniendo en práctica una serie de nuevas tecnologías con el módulo de aterrizaje. De hecho, el nombre de la nave hace referencia a la nueva tecnología de aterrizaje de precisión de la nave espacial.

Esta tecnología podría servir para futuros alunizajes, ya que permite a las naves espaciales aterrizar en zonas relativamente pequeñas en medio de terrenos rocosos o irregulares, en lugar de tener que encontrar grandes claros.

Esta capacidad será especialmente importante en el futuro, cuando los países se centren en áreas de interés muy específicas en el polo sur lunar.

El módulo de aterrizaje también transportaba dos pequeños vehículos exploradores, cada uno de los cuales dotado con una nueva tecnología para desplazarse por la Luna.

El Vehículo de Excursión Lunar 1 incluye una cámara, así como equipo científico, y utiliza un mecanismo de salto para maniobrar en la Luna.

Una ilustración del módulo de aterrizaje SLIM tocando tierra.
JAXA/ISAS

El Vehículo de Excursión Lunar 2, desarrollado en colaboración entre el gobierno, la industria y el mundo académico, es una esfera tan pequeña que cabe en la palma de la mano. Una vez en la superficie, sus dos mitades se separan ligeramente, lo que le permite rodar.

SLIM está diseñado para aterrizar en una zona de 100 metros (328 pies), mientras que los anteriores módulos de aterrizaje lunar se posaban en áreas que abarcaban varios kilómetros. Utiliza un sistema de navegación basado en la visión que toma imágenes de la superficie lunar. Su sistema comparó rápidamente estas imágenes con patrones de cráteres en mapas lunares desarrollados por JAXA con datos de misiones anteriores.

A medida que los países identifiquen las zonas con más probabilidades de albergar recursos útiles, como agua en forma de hielo, la tecnología de aterrizaje de precisión permitirá a las agencias evitar los peligros cercanos y llegar a estas zonas sin incidentes.

Las relaciones internacionales en la Tierra

Hay un elemento geopolítico en estas actividades. China, India y Japón, los tres países que han logrado aterrizar en la Luna desde el año 2000, compiten a escala regional en diversos ámbitos, incluido el espacial. Además de las consideraciones regionales, estos logros ayudan a establecer a las naciones como líderes a escala mundial, capaces de algo que pocos países han hecho nunca.

El lanzamiento japonés se produce sólo seis meses después del alunizaje de la India y apenas unas semanas después de un intento fallido de una empresa estadounidense, Astrobotic.

Tanto Rusia como la empresa privada iSpace fracasaron en sus intentos de alunizaje en 2023. El éxito de Japón –incluso con problemas con los paneles solares que acortaron los plazos de la misión– demuestra que la JAXA es un actor importante en esta empresa mundial.

Estados Unidos sigue siendo un claro líder en la exploración espacial y lunar. La NASA tiene múltiples naves espaciales orbitando la Luna en estos momentos, y ya ha lanzado con éxito el cohete SLS, capaz de llevar seres humanos de vuelta a la Luna.

La agencia espacial estadounidense está desarrollando sistemas muy grandes y complejos, como la estación espacial Gateway, prevista para orbitar cerca de la Luna, y la infraestructura para las misiones humanas Artemis a la Luna. No es raro que estos colosales proyectos sufran retrasos.

Últimamente, la NASA también ha confiado muchos proyectos de menor envergadura a entidades comerciales, como el programa Commercial Lunar Payload Services, que respaldó el intento de la compañía Astrobotic. Se trata de un nuevo enfoque que entraña cierto riesgo, pero que brinda la oportunidad de innovar comercialmente y hacer crecer la economía lunar, al tiempo que permite a la NASA centrarse en los aspectos grandes y complejos de la misión.

En cuanto a la Luna, JAXA se ha asociado con Estados Unidos y se ha hecho cargo de un componente muy importante de las misiones Artemis: el desarrollo de un vehículo lunar presurizado. Se trata de una tecnología nueva y sofisticada que será fundamental para las misiones humanas en la Luna en los próximos años.

Mariel Borowitz, Associate Professor of International Affairs, Georgia Institute of Technology

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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