La sociedad en la que vivimos está aún necesitada de alcanzar una mayor igualdad e integración. Los casos de violencia de género aún abren los telediarios casi cada día. Todavía comprobamos que existe la brecha de género en ciertos puestos de trabajos o, incluso, nos enteramos de que los fármacos no suelen probarse en las mujeres, entre otras cuestiones.
No obstante, estas situaciones son mucho peores en otros lugares del planeta. Por ejemplo, hay países en los que aún se practica la mutilación genital femenina, donde las niñas son apartadas del grupo cuando tienen la regla o son obligadas a casarse a muy corta edad.
En muchos lugares las niñas no tienen acceso a la educación. Hay países donde la discriminación aumenta por cuestiones raciales, por pertenecer al colectivo LGTBIQ+ o por tener una discapacidad.
Investigar para lograr la igualdad
El trabajo por lograr la igualdad real tiene muchas formas. Una de ellas es la investigación. En el campo de las humanidades es fundamental, pues los productos culturales (literatura, pintura, cine, etc.) son, cómo mínimo, un reflejo de estas desigualdades.
Como explica la artista y activista femnista Yolanda Domínguez, los estereotipos repetidos terminan impactando en nuestras formas de comportamiento.
De esto trata nuestra investigación. Hemos explorado cómo, a través del tiempo, las artes han mostrado distintas cuestiones relativas a las identidades de género.
En parte, la cultura ha contribuido a conformar la idea que actualmente tenemos de lo que significa ser mujer o ser hombre. Estereotipos, roles, violencias, expresión de género, etc. son algunas de las múltiples cuestiones que se han abordado y que pueden consultarse a través de la web divulgativa Contextura.
Un videojuego para educar en igualdad
Ahora el proyecto ha dado un paso más y la web aloja un videojuego educativo, orientado principalmente a adolescentes (pero al que pueden jugar personas de cualquier edad). El juego ayuda, de manera divertida y activa, a reflexionar sobre algunas de estas cuestiones.
Así, el personaje principal, Iku, es un fruto de un árbol, que se ha cargado de estereotipos al escuchar a los humanos hablar bajo la copa. Al caer del árbol cobra vida y se siente pesado. Diversas situaciones le ayudarán a desprenderse de la coraza que le impide moverse ágilmente y ver con claridad.
Iku viaja a través de cuatro escenarios en los que se encontrará con personajes tan dispares como Medusa, la Mujer Barbuda de Ribera y las brujas.
Entre las pruebas que deberá superar hay desde un duelo de bailes hasta un pequeño escape room. En los cuatro escenarios, Iku aprenderá sobre las siguientes cuestiones:
Invisibilidad de las mujeres. Como ejemplo de esto, podemos señalar cómo muchas mujeres artistas no pudieron firmar las obras son sus nombres, sino con el de sus padres o maridos. Un ejemplo de ello es el de la pintora Clara Peeters, que se autorretrataba en los reflejos de los objetos que pintaba como forma de mostrar que la autora era una mujer. Esta situación se aprecia por ejemplo en la primera temporada de la serie La Peste, a través del personaje de Teresa Pinelo, que pinta sus obras firmando con el nombre de su padre incluso después de que este fallezca. Un buen recurso sobre este tema es la serie–documental presentada por Nieves Concostrina, Pioneras.
Violencia hacia las mujeres. Iku conocerá, por ejemplo, la obra El Beso de Klimt y el origen de la escena, un pasaje de la mitología clásica que representa el intento de violación de Apolo a Dafne.
La identidad local y la expresión de género. Se analizan qué prendas o qué colores son de chicas o de chicos, según nuestra cultura actual, y se aborda la necesidad de liberarse de estas cuestiones para que las personas, sobre todo en la adolescencia, puedan mostrarse libremente tal cual son.
Estereotipos y roles. Aún se vinculan las tareas de cuidados a las mujeres. Por ejemplo, muchas más mujeres que hombres realizan estudios como enfermería y educación infantil.
Una manera divertida de reflexionar
El videojuego puede emplearse en contextos educativos formales, pues la igualdad de género es un punto clave de la ley de educación vigente y uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero también puede utilizarse en casa.
Para realizarlo se han tomado como modelo otros juegos educativos, como el realizado por el Museo del Prado con motivo de su bicentenario, para dar a conocer a las mujeres pintoras de su colección.
Invitamos a los lectores a entrar en la web, bucear por los textos y jugar a este divertido y educativo juego, a emplearlo en el aula si son docentes o en casa si tienen hijos e hijas.
Laura Luque Rodrigo, Historia del Arte, Universidad de Jaén y Yolanda Caballero Aceituno, Profesora Contratada Doctora (Departamento de Filología Inglesa, Universidad de Jaén), Universidad de Jaén
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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