Jon no es bueno subiendo a los árboles, pero es muy bueno corriendo. Si se encontrara ante un diluvio o una riada que le sorprendiera repentinamente, ¿qué crees que haría? ¿Subirse a un árbol o salir corriendo? La respuesta es obvia.
A lo largo de nuestras vidas, podemos aprender muchas cosas, mejorar nuestras debilidades, perfeccionarlas… pero en momentos de emergencia, estrés o máxima necesidad, es natural que recurramos a nuestras fortalezas. O, en palabras del actor y cantante Eddie Constantine:
“Por muchos idiomas que se dominen, cuando uno se corta al afeitarse, siempre utiliza la lengua materna”.
¿Por qué no conocer a fondo cuáles son las fortalezas y cualidades de uno mismo para aprovecharlas al máximo?
La importancia del liderazgo basado en fortalezas
El liderazgo basado en las fortalezas o cualidades de un líder parte de la premisa de que, por mucho que aprendamos a mejorar algunas capacidades, lo cierto es que las fortalezas (en lo que realmente somos buenos) son en las que nos apoyamos en nuestra vida diaria y, sobre todo, cuando tenemos problemas.
Este modelo de liderazgo empodera a las personas, mejora la eficiencia y la efectividad, y contribuye al bienestar tanto a nivel individual como organizacional. Al enfocarse en lo que las personas hacen mejor y cultivar esas fortalezas y cualidades, se crea un entorno propicio para el crecimiento y el éxito sostenible. No sólo eso, aporta seguridad a la persona, pues sabe que en eso es buena.
Un cambio de enfoque transformador
Se trata de un enfoque poderoso y transformador en el mundo del liderazgo y la gestión. Si tradicionalmente se han identificado y corregido debilidades, este modelo propone reconocer y aprovechar las cualidades positivas y las capacidades inherentes de los individuos y equipos.
La capacidad de liderazgo es una competencia muy buscada y deseada en el mundo laboral. Pero el líder está hoy especialmente expuesto a que se le vean las costuras. El estilo del ordeno y mando, ya muy anticuado, se ha sustituido por el de las áreas de mejora, más “diplomático”.
Con este cambio de enfoque hacia el liderazgo basado en las fortalezas o cualidades de un líder, se impone un paso más. Desarrollar desde lo que destaca reclama otro estilo, otra forma de ser. Se es líder para algo, con una misión. Para mejorar, para hacer crecer.
Alcanzar el máximo potencial
El liderazgo basado en las fortalezas y cualidades de un líder parte de la base de que las personas podemos alcanzar nuestro máximo potencial cuando nos centramos en desarrollar y aplicar nuestras fortalezas naturales. En lugar de invertir tiempo y energía en tratar de superar debilidades, este enfoque alienta a los líderes a identificar lo que hacen mejor y utilizar esas habilidades para lograr un rendimiento excepcional.
Ya no necesitamos utilizar nuestras apreciaciones o evaluaciones al equipo como un regalo que les damos, para que mejoren. Ahora podemos simplemente disfrutar de la satisfacción de asistir al progresos de nuestros colaboradores. Hay estudios que afirman que el desempeño de tareas de los subordinados mejora cuando el líder se centra en los puntos fuertes de sus trabajadores.
Este cambio de paradigma no solo fomenta un mayor compromiso y satisfacción de los empleados, sino que también impulsa el crecimiento y el éxito organizacional. Pone en el centro a la persona y a sus habilidades, identificando cuáles son sus puntos fuertes a la hora de llevar a cabo una tarea, gestionando un grupo de trabajadores o haciendo una exposición.
¿De dónde proviene este modelo?
El liderazgo basado en las fortalezas y cualidades de un líder deriva de diversas disciplinas, incluida la psicología positiva y la gestión del talento. Los avances científicos producidos en los últimos años han puesto en evidencia que centrarse en lo positivo y en el desarrollo de las fortalezas individuales puede ser una estrategia más efectiva para el liderazgo y el crecimiento personal. Este enfoque ha evolucionado a lo largo del tiempo y ha sido adoptado por organizaciones líderes en todo el mundo de diferentes sectores.
Nuestras fortalezas individuales son la clave para alcanzar el éxito y la satisfacción tanto en el ámbito profesional como en el personal. Esta fórmula ha sido promovida por influyentes autores y organizaciones que han demostrado su poder transformador.
Autores como Donald O. Clifton, Martin Seligman o la empresa Gallup llevan tiempo apostando por este modelo. Todos son defensores de identificar y cultivar las fortalezas individuales como base para el liderazgo efectivo y el desarrollo personal.
La actualidad de Sócrates
La frase de Sócrates “Conócete a ti mismo”, sin quererlo, ha pasado a ser un principio fundamental en el liderazgo basado en las fortalezas y cualidades del líder. Reconoce que el autoconocimiento es esencial para liderar con autenticidad, aprovechar las fortalezas y cualidades individuales y trabajar de manera efectiva con los demás. Y tiene todo el sentido. ¿Te apoyarías en tus debilidades para algo?
Para el superventas de autoayuda Stephen R. Covey, “el liderazgo efectivo es poner primero lo primero. Es centrarse en tus fortalezas y en las de los demás para lograr un propósito común. Conocerte a ti mismo es el primer paso hacia esa meta.”
Conocerse a sí mismo es el punto de partida para el crecimiento y la mejora. El experto Marcus Buckingham incide en lo mismo cuando afirma:
“El liderazgo efectivo comienza con el autoconocimiento. Entender tus propias fortalezas y debilidades te permite liderar con autenticidad y enfocarte en lo que haces mejor.”
El autonocimiento, clave para el liderazgo basado en fortalezas
“Conócete a ti mismo” es una llamada a la reflexión y a la introspección. Invita a las personas a explorar sus pensamientos, emociones, valores, creencias y motivaciones. A través de este proceso, uno puede descubrir quién es realmente, en lugar de conformarse con una imagen superficial de sí mismo. Podemos liberarnos de estereotipos o de clichés que llevan a equívocos.
Desde ese conocimiento, nos podemos apoyar en lo que sabemos que nos funciona, en lo que es bueno, en lo que se nos reconoce. Y desde esas fortalezas y cualidades del líder, desde su desarrollo y profundización, desde la confianza y seguridad personal que nos proporcionan, creceremos personal y profesionalmente. Conocernos a nosotros mismos es la llave para sacar lo mejor de uno mismo y de los demás.
Podemos concluir indicando que Sócrates, además de seguir de actualidad, tenía razón. Si no te conoces a ti mismo, ¿cómo pretendes liderar a los demás?
Este artículo forma parte de una colaboración con Becas Santander, una iniciativa global que ofrece becas, programas y contenidos gratuitos para adultos de cualquier edad. Más información en https://www.becas-santander.com.
Fernando Díez Ruiz, Associate professor, Universidad de Deusto; Elene Igoa Iraola, Investigadora Predoctoral, Universidad de Deusto y Pedro César Martínez Morán, Profesor asociado de la Universidad Pontificia Comillas / Director del Master in Talent Management de Advantere School of management, Universidad Pontificia Comillas
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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