Imagina pedirle a un delfín que te pase un anillo de algas marinas… y que lo entienda. En el Día Nacional del Delfín en EE.UU., Google ha desvelado un avance que suena a ciencia ficción: DolphinGemma, un modelo de inteligencia artificial entrenado para descifrar los sonidos de estos animales y generar respuestas realistas. La tecnología, desarrollada con investigadores de Georgia Tech y el Wild Dolphin Project, podría marcar el inicio de la primera comunicación bidireccional entre humanos y una especie marina.
Cuatro décadas de grabaciones submarinas dieron vida al proyecto. Desde 1985, el Wild Dolphin Project estudia a los delfines manchados del Atlántico en las Bahamas, registrando más de 1.000 horas de vocalizaciones vinculadas a comportamientos específicos: silbidos únicos para identificarse (como nombres), ráfagas de clicks durante el cortejo o «gruñidos» en peleas. «Sin este banco de datos, entrenar a la IA habría sido imposible», explica la Dra. Denise Herzing, fundadora del proyecto.
¿Cómo funciona DolphinGemma? Es una IA compacta de 400 millones de parámetros que cabe en un teléfono Pixel. Usa el tokenizador SoundStream de Google para convertir sonidos en representaciones digitales, identificando patrones como:
- Secuencias repetitivas en contextos sociales
- Variaciones en los silbidos de firma según el estado emocional
- Combinaciones de clicks y pulsos durante la caza
La magia está en su capacidad predictiva: al igual que ChatGPT sugiere la siguiente palabra, DolphinGemma anticipa el sonido que un delfín emitiría tras escuchar cierta secuencia. Esto permite a los investigadores probar hipótesis en tiempo real durante sus inmersiones.
El sistema CHAT: el «traductor» portátil que llevan los buzos. Desarrollado por Georgia Tech, este dispositivo subacuático incluye:
- Un hidrófono para grabar sonidos hasta 96 kHz
- Un teclado acústico con silbidos artificiales asociados a objetos (ej: un pañuelo o un trozo de sargazo)
- Alertas en tiempo real cuando los delfines imitan los sonidos preprogramados
Los primeros experimentos son prometedores: en pruebas recientes, los delfines respondieron al 30% de los silbidos artificiales repitiéndolos o mostrando curiosidad. «En lugar de tardar 150 años analizando grabaciones, la IA detecta patrones en días», celebra Herzing.
¿Hablarán algún día los delfines con humanos? Los científicos son cautos. Aunque los silbidos tienen una complejidad comparable a los nombres humanos, no está claro si usan gramática o sintaxis. «Es como si un perro aprendiera a sentarse por una galleta: no implica comprensión lingüística», advierte Arik Kershenbaum, zoólogo de la Universidad de Cambridge.
El verdadero objetivo es más ambicioso: crear un vocabulario básico que permita, por ejemplo, que un delfín «pida» jugar con algas usando un silbido específico. Si funciona, la tecnología se aplicaría a ballenas y otras especies. Mientras tanto, Google liberará el modelo en código abierto este verano para que más investigadores exploren el fascinante lenguaje del océano.
Con información de: Google / TechCrunch / NBC news
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